Ganache de chocolate blanco
Lo mismo que podemos hacer un ganache con chocolate negro o chocolate con leche, también podemos hacerlo con el mal llamado chocolate blanco, que no es otra cosa que manteca de cacao y no chocolate en sí.
Aún así, cuenta con características muy similares a las del chocolate, por lo que podremos utilizarlo en infinidad de elaboraciones, especialmente en cuanto a repostería se refiere, bien sea para crear coberturas, rellenos, acompañamientos o lo que queramos.
El chocolate blanco debe mezclarse con la nata para conseguir la ganache. Lo mismo que ocurre con el chocolate con leche o el negro. Siempre va en una relación 1:1.
Ya sabes cuánta cantidad tienes que usar para conseguir tanta ganache como desees. La diferencia es que en esta caso optaremos por usar chocolate blanco.
Preparamos el ganache blanco:
Imaginemos que necesitas preparar aproximadamente medio kilo de ganache de chocolate blanco. Para ello necesitarás 250 mililitros de nata líquida de repostería y 250 gramos de chocolate blanco.
En caso de que venga en tableta, hay que partirlo en trozos parecidos, para que cuando se calienten se vayan fundiendo de manera homogénea.
Verteremos toda la nata en un bol e incorporaremos el chocolate y lo fundiremos al baño maría, procurando que no hierva y removiendo todo el tiempo para que se mezclen bien los dos ingredientes.
Cuando se hayan fusionado la nata con el chocolate podemos añadir un poco de mantequilla, aproximadamente unos 60 gramos, para que dé un toque de brillo a la mezcla y sea un poco más suave.
En este momento podemos echar un poco del licor que más nos guste o incluso jugar con las texturas añadiéndole ralladura de naranja o de limón e incluso frutos secos triturados, tenemos muchísimas alternativas para combinar con lo que más queramos.
Cuando hayamos acabado, debemos dejar que enfríe y después meterlo en la nevera durante unas horas si queremos utilizar la ganache como un frosting, pero si queremos cubrir una tarta, rellenar profiteroles o un pastel por ejemplo, tendremos que dejar que enfríe pero no demasiado porque de lo contrario no sería tan maleable.
Consejos
Para que nos resulte más fácil fundir el chocolate blanco, en muchas tiendas de dulces o en establecimientos especializados en repostería creativa, podemos encontrar chocolate especial para fundir, el cual viene en forma de una especie de bolitas del mismo tamaño, lo que ayudará a que se funda más homogéneamente cuando lo estemos mezclando con la nata.